Dentro del parque el quiosco se encuentra en la encrucijada de caminos, que si bien no coincide con su centro geométrico, sí define su baricentro, allí donde no hace tanto tiempo extendía su sombra el árbol de la música, aquel magnífico y querido olmo centenario. Es el recuerdo hermoso de aquel árbol el que figura en la génesis de este proyecto. Aquella imagen inolvidable de los músicos tocando un pasodoble encaramados en su copa. Nuestro proyecto, que parte del recuerdo de un árbol NO DEBERÍA, por tanto, tener que TALAR NINGUNO. Asimismo, el objetivo del proyecto es levantar una BANDEJA A LA ALTURA DE LAS COPAS DE LOS ÁRBOLES donde podamos, como el Barón Rampante de Italo Calvino, pasear, hablar con la gente, oír un concierto o tomarnos unas copas, disfrutando del sol, aunque sea el de invierno: segunda premisa.