El proyecto hace suya una de las premisas planteadas en el recientemente aprobado Plan especial de la Barriada: mantener la primera crujía de la vivienda original que da a la calle y desarrollar el resto del programa en un discreto segundo plano.
Debido al amplio programa planteado por la propiedad, con cuatro dormitorios, el proyecto busca concentrar al máximo la construcción para poder cumplir con los requerimientos de ocupación y edificabilidad fijados en el planeamiento. De esta necesaria compactación del programa surge la necesidad de introducir luz al interior de la vivienda más allá de la aportada por los huecos que se pudieran abrir en su perímetro. Mediante el giro del faldón interior de la antigua cubierta se transforma un tejado tradicional en una cubierta en diente de sierra que permite abrir dos lucernarios verticales que resuelven cómodamente la iluminación natural en el corazón de la vivienda.